Durante décadas, los científicos consideraron que la jirafa pertenecía a una sola especie con diferentes subespecies repartidas por África. Sin embargo, una reclasificación científica histórica acaba de cambiar por completo esta visión: ahora se reconoce oficialmente que existen cuatro especies distintas de jirafas, tras un minucioso análisis genético que ha sorprendido a la comunidad científica. Los estudios realizados por la Giraffe Conservation Foundation y otras instituciones internacionales demuestran que las diferencias en el ADN entre estas especies son tan significativas como las que existen entre osos pardos y osos polares. Esto significa que las jirafas no solo presentan variaciones en su pelaje o en la distribución geográfica, sino que son especies independientes con su propia historia evolutiva. Esta revelación no solo cambia lo que sabemos sobre la biodiversidad africana, sino que también tiene un fuerte impacto en la conservación, ya que algunas de estas especies presentan poblaciones en grave peligro de extinción y necesitan medidas de protección más específicas.
Nuevos estudios genéticos revelan que el animal más alto del mundo es más diverso de lo que se creía.
De acuerdo con esta nueva clasificación, las especies de jirafas son: la jirafa del norte, la jirafa del sur, la jirafa masai y la jirafa reticulada. Cada una de ellas habita en regiones diferentes del continente africano y muestra particularidades únicas, como el diseño de sus manchas o la forma de sus cuernos, conocidos como osiconos. Este descubrimiento abre un debate urgente sobre la necesidad de replantear las políticas de conservación, ya que, si antes se hablaba de una sola especie con población abundante, ahora se entiende que algunas de estas jirafas cuentan con menos de 10.000 individuos en libertad. La reclasificación permitirá crear programas de protección mucho más específicos y eficaces, priorizando aquellas especies en mayor riesgo. Además, este hallazgo subraya la importancia de la genética en la biología moderna, mostrando cómo los avances científicos pueden cambiar radicalmente la manera en la que entendemos el mundo natural. En conclusión, las jirafas, emblema de la fauna africana, ya no pueden considerarse como un único grupo homogéneo: son cuatro especies diferentes que requieren atención urgente para garantizar su supervivencia en un planeta en constante cambio.