La cadena de café Starbucks ha anunciado un plan de reestructuración global que incluye el cierre de varias tiendas en Norteamérica, una medida que busca revitalizar la marca y asegurar la rentabilidad a largo plazo. Aunque el café sigue siendo un producto de consumo masivo, la empresa enfrenta presiones por el aumento de costos operativos, la complejidad en la gestión de sus locales y la necesidad de optimizar su presencia física.
Este ajuste no es un signo de debilidad, sino una estrategia para concentrar recursos en los locales de mayor rendimiento y formatos más eficientes, como los puntos de recogida rápida o las tiendas con enfoque en el servicio a través de la aplicación móvil. La compañía está evaluando de cerca la geolocalización de sus tiendas y los patrones de tráfico de clientes para eliminar aquellos puntos de venta que no cumplen con los objetivos financieros esperados.
Además de los cierres, el plan incluye un esfuerzo por reducir gastos y mejorar la eficiencia de su personal a través de tecnología. La meta es simplificar las operaciones diarias de los baristas para que puedan enfocarse en ofrecer una mejor experiencia al cliente, mientras que la empresa busca adaptarse a los cambios en los hábitos de consumo que privilegian la rapidez y la comodidad. Para Starbucks, la próxima etapa de crecimiento pasará por un modelo más ligero, digitalizado y selectivo en su expansión.