En octubre de 2025, SpaceX logró completar con éxito el 11.º vuelo de prueba del cohete Starship, considerado el más grande y potente jamás construido. El lanzamiento se realizó desde el sur de Texas y permitió validar maniobras críticas como la separación de etapas, el reingreso controlado y la liberación de satélites simulados, elementos esenciales para futuras misiones a Marte y la Luna. El propulsor aterrizó en el Golfo de México y la nave principal descendió en el Océano Índico, cumpliendo los objetivos sin recuperación física, pero con datos clave para el desarrollo del sistema reutilizable.
Este avance representa un paso firme hacia la visión de Elon Musk de establecer una presencia humana en Marte. La NASA también depende de Starship para sus misiones lunares, especialmente como vehículo de descenso en el programa Artemis. Con esta prueba, SpaceX demuestra que su tecnología está cada vez más cerca de ser operativa para vuelos interplanetarios. Aunque aún quedan desafíos técnicos, el éxito del Starship refuerza la posición de SpaceX como líder en la nueva era de la exploración espacial.