Los Juegos Olímpicos de París 2024, celebrados entre julio y agosto, representan uno de los mayores desafíos logísticos y diplomáticos recientes para el Comité Olímpico Internacional (COI). A la expectativa deportiva se suma un contexto global marcado por conflictos, tensiones diplomáticas y exigencias ecológicas.
Uno de los focos está en la seguridad. Tras varios ataques en Europa en los últimos años, Francia desplegó un dispositivo sin precedentes, con más de 45,000 agentes y tecnología de vigilancia con inteligencia artificial. Se esperan más de 10 millones de visitantes durante el evento.
Unos Juegos Olímpicos marcados por el contexto mundial
París también quiere destacar como sede verde: gran parte de la energía será renovable, no se usará aire acondicionado en la Villa Olímpica, y el transporte será 100 % eléctrico. Además, se reutilizan estadios ya existentes para reducir la huella de carbono, en línea con las exigencias climáticas actuales.
En lo geopolítico, la guerra en Ucrania y las tensiones con Rusia han generado debate sobre la participación de atletas rusos y bielorrusos, que competirán bajo bandera neutral. Esta decisión fue criticada tanto por Moscú como por Kyiv, mostrando cómo el deporte no puede escapar del contexto político.
Pese a todo, París 2024 se perfila como un evento de innovación, tecnología y diversidad. Con deportes nuevos como el breakdance y medallas igualitarias entre hombres y mujeres, busca conectar con nuevas generaciones y renovar el espíritu olímpico.