La cocina española es una de las más ricas y reconocidas del mundo, gracias a su diversidad regional y a la calidad de sus ingredientes. Desde la paella valenciana hasta el gazpacho andaluz, cada plato cuenta una historia ligada a la geografía y las costumbres locales.

El aceite de oliva, el jamón ibérico y los productos del mar ocupan un lugar central en la dieta, que además se caracteriza por su equilibrio y beneficios para la salud. La dieta mediterránea, de la cual España es un referente, fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010.

En ciudades como Madrid, Barcelona o San Sebastián, los restaurantes de alta cocina conviven con bares de tapas tradicionales. Este contraste refleja la capacidad de la gastronomía española de adaptarse a los nuevos tiempos sin perder su esencia.

La influencia de otras culturas, como la árabe o la judía, dejó huella en recetas que aún se mantienen vivas. Hoy en día, chefs españoles de renombre internacional siguen innovando, llevando la cocina española a escenarios globales.