El Ford Mustang GTD ha regresado con una propuesta revolucionaria que combina la herencia del clásico muscle car con la ingeniería más avanzada. La marca estadounidense decidió apostar por la fibra de carbono como material protagonista en su diseño, incorporándola en el capó, los guardabarros, el techo y otras piezas clave del vehículo. Esta elección no es casual: la fibra de carbono es cinco veces más resistente que el acero y, al mismo tiempo, mucho más ligera, lo que permite reducir de manera significativa el peso total del deportivo. El resultado es un Mustang con mayor eficiencia aerodinámica, aceleraciones más rápidas y un comportamiento dinámico optimizado en pista. Además, Ford ha trabajado en una distribución de peso equilibrada y en un sistema de suspensión ajustable inspirado en la competición, lo que convierte al GTD en una máquina que no solo domina en carretera, sino que también es capaz de brillar en circuitos.
El icónico muscle car estadounidense da un salto hacia la innovación con materiales ultraligeros que mejoran rendimiento, aerodinámica y velocidad
Más allá del impacto visual de su diseño agresivo, el Mustang GTD representa un salto tecnológico en la industria automotriz. Su motor V8 sobrealimentado, junto con la reducción de peso y el uso de materiales de última generación, elevan las prestaciones del deportivo a un nuevo nivel, acercándolo al territorio de los supercars europeos. Ford busca con este modelo demostrar que la innovación no está reñida con la tradición, manteniendo la esencia del Mustang pero llevándola al futuro con soluciones inteligentes y sostenibles. Al reducir el peso, también mejora la eficiencia energética y se abren posibilidades para nuevas configuraciones que podrían aplicarse a otros modelos de la marca. De esta manera, el Mustang GTD con fibra de carbono no solo es un homenaje al legado automovilístico de Ford, sino también un escaparate de lo que está por venir en términos de diseño y rendimiento. En un mercado cada vez más competitivo, esta reinvención convierte al Mustang en un referente de cómo un clásico puede evolucionar para seguir siendo relevante en la era de la innovación.