Las elecciones presidenciales de EE. UU. celebradas en noviembre de 2024 culminaron con una reñida victoria de Joe Biden sobre Donald Trump, en una repetición del duelo de 2020. Sin embargo, el país ahora se enfrenta a una profunda polarización política y social.
La campaña estuvo marcada por discursos agresivos, desinformación en redes sociales y un récord de participación, especialmente entre jóvenes y comunidades latinas. A pesar del triunfo de Biden, muchos sectores republicanos continúan cuestionando la legitimidad del proceso electoral, lo que ha generado protestas en varios estados.
Biden y Trump repiten duelo en un escenario más tenso
El Congreso quedó dividido, con el Senado en manos demócratas y la Cámara de Representantes dominada por los republicanos. Esto anticipa un escenario político de alta confrontación en los próximos años, dificultando la aprobación de reformas importantes.
Entre los principales desafíos del nuevo mandato están la regulación de la inteligencia artificial, la inflación, la reforma migratoria y la política exterior, especialmente con China y Rusia. Biden ha prometido gobernar con “unidad y responsabilidad”, pero el clima de desconfianza entre los partidos no facilita el camino.
Organismos internacionales y socios estratégicos observan con atención los efectos de esta elección en la política global, especialmente en temas como el cambio climático, la guerra en Ucrania y la regulación tecnológica.