Un estudio innovador, basado en el análisis de atletas de ultra-resistencia (como corredores de la «Race Across the USA«, ciclistas del Tour de Francia e incluso exploradores polares y mujeres embarazadas), ha revelado la existencia de un límite metabólico estricto que define la resistencia física del ser humano a largo plazo. La investigación demostró que, independientemente de la duración de la actividad extrema (días, semanas o meses), el cuerpo humano solo puede sostener un gasto energético que no excede aproximadamente 2.5 veces la Tasa Metabólica Basal (TMB), que es la cantidad de calorías que el cuerpo quema en reposo. Para una persona promedio, esto equivale a alrededor de 4,000 calorías diarias. Pasado este umbral, el organismo se ve obligado a descomponer sus propios tejidos (grasas y músculos) para compensar el déficit calórico. Este hallazgo sugiere que el límite de la resistencia extrema no es meramente mental o psicológico, sino una barrera fisiológica determinada por la capacidad del sistema digestivo para procesar alimentos y absorber calorías y nutrientes.
El Gasto Energético Máximo que Ningún Atleta Puede Sostener a Largo Plazo
El estudio, publicado en la revista Science Advances, no solo estableció el tope fisiológico de los atletas de élite, sino que también mostró una sorprendente correlación entre el gasto energético sostenido en las pruebas de ultra-resistencia y el de las mujeres durante el embarazo, cuyo gasto energético máximo sostenido alcanza aproximadamente 2.2 veces la TMB. Esta similitud subraya que los mismos límites biológicos que restringen a un corredor de maratón también restringen otros procesos vitales del organismo. La conclusión es clara: aunque un atleta puede superar momentáneamente este límite durante un esfuerzo corto e intenso (como un maratón, donde se puede alcanzar hasta 15.6 veces la TMB), es imposible mantener un ritmo superior a 2.5 veces la TMB a largo plazo. El cuerpo prioriza la supervivencia, limitando el rendimiento físico extremo para preservar funciones indispensables como la reparación de tejidos. Este «techo» metabólico es, según los científicos, el verdadero límite infranqueable de la resistencia humana.