A sus 38 años, Novak Djokovic continúa ampliando su legado como uno de los mejores tenistas de todos los tiempos. En 2025, ha conquistado su título número 26 de Grand Slam al ganar el Abierto de Australia, superando en la final a Carlos Alcaraz en un emocionante partido a cinco sets.

Djokovic ha demostrado una vez más su increíble resistencia física y mental. Su capacidad para mantenerse en la cima a lo largo del tiempo es producto de una disciplina inquebrantable, preparación científica y enfoque estratégico.

Imparable en Grand Slams

Además de su rendimiento en pista, Djokovic ha influido en el deporte fuera de ella. Con la creación de la Asociación de Jugadores de Tenis Profesionales (PTPA), ha impulsado reformas que buscan mejorar las condiciones para tenistas de menor ranking, lo que refuerza su liderazgo dentro del circuito.

Mientras jugadores como Alcaraz, Sinner y Rune representan la nueva generación, Djokovic aún domina en experiencia, adaptabilidad y fortaleza emocional. Su rivalidad con Alcaraz es considerada una de las más emocionantes de la actualidad.

Si continúa a este nivel, Djokovic podría alcanzar los 30 Grand Slams, una marca impensada hace una década. Su longevidad, consistencia y ambición lo colocan en una categoría aparte, donde el tiempo parece detenerse frente a su talento.