Si alguna vez has observado cables de alta tensión cruzando grandes extensiones de terreno o ríos, seguramente habrás notado unas bolas rojas, naranjas o blancas colgando de ellos. Estas estructuras esféricas se llaman esferas de marcación aérea o esferas de señalización, y su función es vital para la seguridad en zonas donde los cables representan un riesgo para la navegación aérea. Estas bolas, fabricadas generalmente con materiales plásticos resistentes a los rayos UV, se colocan estratégicamente en líneas eléctricas que cruzan valles, autopistas, ríos, zonas cercanas a aeropuertos o rutas de vuelo de helicópteros y avionetas. Su color llamativo y su tamaño —que suele oscilar entre los 60 y 90 cm de diámetro— hacen que sean fácilmente visibles desde el aire, incluso en condiciones de baja visibilidad. Gracias a ellas, los pilotos pueden identificar rápidamente la presencia de cables suspendidos y evitar accidentes fatales.

Las esferas de señalización que salvan vidas y evitan accidentes en el espacio aéreo

Además de su función de advertencia visual, estas bolas cumplen con regulaciones internacionales de seguridad aérea establecidas por organismos como la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional). En muchos países, las compañías eléctricas están obligadas a instalarlas cuando las líneas de transmisión superan cierta altura o atraviesan zonas de tráfico aéreo. Aunque se las asocie principalmente con el color rojo, también pueden ser naranjas o blancas, y se colocan alternadas para mejorar el contraste visual dependiendo del fondo del paisaje (como cielo, vegetación o cuerpos de agua). Es importante destacar que, aunque no cumplen ninguna función eléctrica, las esferas de señalización son cruciales para prevenir colisiones aéreas, especialmente en vuelos de baja altitud, como los realizados por aeronaves agrícolas, ambulancias aéreas o helicópteros de rescate. En resumen, las bolas rojas de los cables de alta tensión no son un adorno ni una curiosidad, sino un elemento de seguridad esencial que permite salvar vidas, evitar interrupciones en el suministro eléctrico y cumplir con normativas internacionales. Así, lo que a simple vista parece algo menor, es en realidad una herramienta de gran impacto para la protección del espacio aéreo y de todos los que lo transitan.