El primer ministro británico, Keir Starmer, declaró que Reino Unido está dispuesto a “poner botas en el suelo” en Ucrania si se logra un cese al fuego, esto como parte de una “coalición de voluntarios” internacional.
La declaración se produce en medio de intensos ataques rusos a Kiev, que han dejado muertos y daños significativos a la infraestructura de la ciudad.
Por su parte, la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) refuerza la necesidad de un acuerdo cooperativo para garantizar la seguridad en la planta nuclear de Zaporiyia, clave en la apuesta por evitar un desastre mayor.
Al mismo tiempo, negociaciones de paz lideradas por Estados Unidos se desarrollan en Abu Dabi, con una propuesta de 28 puntos sobre la mesa; sin embargo, hay críticas sobre si esos términos podrían debilitar la soberanía ucraniana.
El presidente francés Emmanuel Macron ha advertido que un posible acuerdo no puede significar una “capitulación” para Ucrania, advirtiendo que dar libertad a Rusia podría desatar riesgos mayores para toda Europa.
Análisis: Esta noticia refleja cómo las dinámicas militares y diplomáticas continúan evolucionando en el conflicto Rusia-Ucrania, incluso mientras se discute un cese a las hostilidades. La propuesta británica muestra un apoyo militar explícito, lo que podría cambiar las negociaciones de paz y la postura de otros países occidentales. Además, el enfoque en la seguridad nuclear agrega una dimensión crítica al posible acuerdo: no solo se trata de un alto al fuego, sino también de asegurar instalaciones estratégicas. La presión desde Europa, representada por Macron, indica que no todos los actores están dispuestos a aceptar una paz “a cualquier precio”.