El fulgurante ascenso de Julián Álvarez, desde su irrupción en River Plate hasta su consagración como campeón del mundo y estrella en la élite europea, no solo se debe a su talento técnico, sino también a una inquebrantable mentalidad competitiva. Así lo reveló Sandra Rossi, la neuróloga y especialista en neurociencia que trabaja con el plantel de River, quien destacó que la ambición del delantero es el verdadero motor de su éxito. Rossi contó que, durante las sesiones de entrenamiento cognitivo en el laboratorio del club, donde se miden métricas como la velocidad de reacción y la visión periférica, el joven atacante demostraba una obsesión por la excelencia: «No toleraba no ser el mejor. Él estaba en el top 5 de nuestro ranking, era el más rápido y el de mejor visión, pero si había alguien que lo superaba, no se iba del laboratorio hasta que no volvía a estar primero».
«No Toleraba No Ser el Mejor»: La Clave Neurocientífica Detrás del Éxito Arrollador de la ‘Araña’
Esta anécdota subraya una característica fundamental del perfil psicológico y neural de Álvarez: una autoexigencia implacable que lo impulsa a la mejora constante. Según la especialista, el desafío más grande no es alcanzar la marca de otro, sino superarse a sí mismo una vez que se es el número uno. «Es mucho más fácil cuando luchas para llegar a la marca del otro. Pero cuando eres solo tú, que no te relajes… hacer un tiempo que ya es espectacular y decir ‘quiero ser más rápido’, eso ya te habla de otra cosa», explicó Rossi. Este nivel de competitividad consigo mismo y la capacidad para gestionar la presión han sido cruciales para su rápida adaptación a ligas de máxima exigencia como la Premier League y La Liga, demostrando que su brillantez no es casualidad, sino el resultado directo de una mente diseñada para la excelencia.