El 28 de abril de 2025, España y Portugal sufrieron un apagón masivo que afectó a más de 50 millones de personas, paralizando servicios esenciales como transporte, hospitales y telecomunicaciones. Las investigaciones preliminares apuntan a una sucesión de desconexiones en cascada en el sistema eléctrico del suroeste peninsular, especialmente en regiones como Granada, Badajoz y Sevilla, donde se perdieron más de 2.200 megavatios de generación renovable. Esta pérdida súbita provocó un aumento de tensión en la red, que se extendió a Portugal y generó una caída de frecuencia crítica, desencadenando el corte generalizado.
Desconexiones en cascada, aumento de tensión y pérdida de generación renovable marcaron el mayor corte energético de la década
Aunque se descartó un ciberataque como causa directa, el incidente reveló la vulnerabilidad de las infraestructuras eléctricas ante fenómenos complejos como la reducción de absorción de potencia reactiva y la falta de sincronización entre generadores. Expertos señalan que el crecimiento de fuentes renovables sin suficiente capacidad de respuesta técnica puede agravar estos desequilibrios. La Red Eléctrica Española y organismos europeos como ENTSO-E continúan analizando el evento, que ha sido calificado como “excepcional” y ha impulsado nuevas medidas para mejorar la resiliencia del sistema eléctrico en toda Europa.