Las mascotas de la Copa Mundial son mucho más que simples figuras animadas; son embajadores culturales y símbolos entrañables de cada torneo. Entre todas las que han desfilado desde 1966, cinco destacan por su carisma, diseño y conexión con el público. La lista debe comenzar con World Cup Willie (Inglaterra 1966), el león pionero que inauguró la tradición. Su diseño simple, con una camiseta con la bandera británica y un estilo muy a lo Beatle, lo convirtió en un icono pop y marcó el estándar. Le sigue el eterno Naranjito (España 1982). Esta simpática naranja vestida de futbolista rompió la regla de usar personas o animales, utilizando un producto agrícola icónico de su país. Su gran sonrisa y su éxito comercial lo catapultaron a la cultura popular mucho después del torneo, incluso protagonizando su propia serie de televisión. En tercer lugar, el carismático Footix (Francia 1998), un gallo de un azul vibrante, representó el animal nacional galo con un diseño moderno y memorable que trajo suerte a la selección anfitriona, campeona ese año.
Personajes que Conquistaron al Mundo y se Convirtieron en Historia del Fútbol
El cuarto y quinto puesto lo ocupan dos personajes que, aunque separados por décadas, representan la identidad y el sabor de sus anfitriones. Juanito (México 1970), el niño risueño con el sombrero de charro, fue la mascota del primer Mundial transmitido en color y se ganó el corazón del público por su sencillez y representación del aficionado mexicano. Su sucesor, Pique (México 1986), un chile jalapeño con bigote y sombrero, aunque polémico en su momento, se consolidó como un símbolo de la picardía y la gastronomía mexicana, siendo hoy una de las mascotas más recordadas por su audaz originalidad. Finalmente, no se puede dejar de lado al moderno Zakumi (Sudáfrica 2010), un leopardo de pelo verde cuyo nombre unía el código del país con la palabra «diez» en lenguas africanas, simbolizando la entrada de África en la élite del fútbol con un diseño que combinaba fauna local y modernidad. Estas cinco figuras demuestran que, en el Mundial, el diseño, la tradición y el carisma son clave para dejar una huella imborrable en la historia deportiva.