El 14 de julio de 2025, una serie de tormentas intensas azotaron el noreste de Estados Unidos, provocando inundaciones repentinas en Nueva York y Nueva Jersey. El gobernador Phil Murphy declaró el estado de emergencia, mientras que el Servicio Nacional de Meteorología (NWS) emitió alertas para ciudades como Newark, Elizabeth y East Orange. Más de 8.000 personas quedaron sin electricidad en Nueva Jersey, y el aeropuerto de Newark suspendió vuelos hasta altas horas de la noche. En Nueva York, se reportaron rescates en los condados de Westchester y Rockland, y el metro sufrió fuertes retrasos por estaciones inundadas. Videos virales mostraron escaleras cubiertas de agua y pasajeros atrapados en vagones, reflejando la magnitud del temporal.
Inundaciones, cortes de luz y transporte paralizado marcan una jornada crítica en el noreste de EE.UU.
Las autoridades instaron a los residentes en sótanos y plantas bajas a trasladarse a terrenos elevados, advirtiendo que el agua puede llenar espacios en minutos. Aunque las lluvias más intensas se desplazaron hacia el este al final del día, persisten inundaciones residuales y cierres de carreteras. Este evento se suma a una serie de fenómenos extremos recientes, como las inundaciones en Texas, y subraya la necesidad de protocolos de emergencia y resiliencia urbana ante el cambio climático. Nueva York y Nueva Jersey enfrentan una nueva realidad meteorológica que exige preparación constante y respuesta rápida.