Pac-Man, lanzado en 1980 por Namco, no solo es uno de los videojuegos más icónicos de la historia, sino también un fenómeno cultural que revolucionó la industria. Su origen es tan curioso como inspirador: Toru Iwatani, su creador, se inspiró en una pizza a la que le faltaba una porción para diseñar al personaje redondo que hoy todos reconocen. Lo que hace tan adictivo a Pac-Man no es únicamente su diseño sencillo, sino su equilibrio perfecto entre desafío y accesibilidad. Cualquier persona, sin importar su edad, puede entender en segundos de qué se trata el juego: mover a Pac-Man por un laberinto mientras come puntos y evita a los fantasmas. Esa simplicidad, combinada con un sistema progresivo de dificultad que engancha al jugador, convirtió a Pac-Man en un título universal. A diferencia de los juegos de disparos dominantes en esa época, Pac-Man ofrecía una experiencia diferente, colorida, con personajes entrañables y un estilo de juego que apelaba tanto a hombres como a mujeres, logrando romper barreras en la audiencia.

Por qué este icónico videojuego sigue siendo adictivo más de 40 años después de su creación

El éxito del juego también se debe a su diseño psicológico cuidadosamente estudiado. Los cuatro fantasmas —Blinky, Pinky, Inky y Clyde— no se mueven de manera aleatoria, sino que siguen patrones de persecución distintos que obligan al jugador a desarrollar estrategias y mantener la atención en todo momento. Además, el ritmo constante, el sonido característico y la satisfacción inmediata de comer los puntos y las frutas refuerzan la sensación de recompensa, lo que genera la famosa “adicción positiva” en los videojuegos. Pac-Man no tardó en convertirse en un fenómeno global, con máquinas recreativas en bares, cines y centros comerciales de todo el mundo, llegando a influir incluso en la música, la moda y el cine de los años 80. Hoy, más de cuatro décadas después, Pac-Man sigue vivo con adaptaciones para consolas, móviles y versiones en realidad aumentada, demostrando que su fórmula no pasa de moda. Su éxito no fue casualidad, sino el resultado de un diseño brillante, accesible y universal que transformó el entretenimiento digital para siempre.